La estética es un sector que cada vez obtiene más beneficios. Ya lo hacía hace varios siglos, sólo que ahora se ha estandarizado más y no son solo las nobles de la alta alcurnia las que compran cosméticos, perfumes y maquillajes. Como veréis, ni siquiera voy a hablar de cirugía estética o de carísimos tratamientos a los que muy pocos tienen acceso, voy a hablar más bien de lo que el pueblo llano puede permitirse porque, sólo con eso, la industria de la estética ya gana miles de millones al año.
¿Sabíais que fueron los antiguos egipcios los que iniciaron el uso del maquillaje? Pues sí, así fue. Fueron los primeros en pintarse los labios con óxido y ocre rojo, los primeros en usar cremas (ungüentos) para mantener la piel tersa y suave, y los primeros en usar exfoliante (frotaban su piel con arena del desierto). En la antigua Roma, hombres y mujeres se maquillaban, peinaban y depilaban por igual. Y en Grecia apareció la figura de los kosmetés, profesionales dedicados al cuidado de la belleza corporal. La diferencia principal es que, en aquel entonces, este sector no movía los millones que mueve ahora, pero eso no es nada nuevo ¿verdad?, puesto que ningún sector lo hacía. Tal vez, podríamos decir, que la estética ha sufrido la evolución que también han sufrido otras industrias y, por eso, hemos llegado a un punto de no retorno donde se ha convertido en algo tan importante que ya está teniendo sus detractores y, además, con razón.
¿Por qué tengo que pagar 50 o 60 euros por un perfume cuando puedo tener el mismo aroma por 15 euros? Simplemente porque lleva una marca, sin más. Pensadlo bien, empresas como Perfumhada, que obtienen aromas prácticamente idénticos a los que ponen de moda marcas reconocidas como Dolce & Gabbana o Channel, pueden vender sus perfumes a un precio inferior a 14 euros los 100ml, y obviamente tienen beneficios porque, de lo contrario, no tendrían negocio. Por otro lado, las grandes marcas te venden botellas de ese mismo aroma a 70 euros los 50ml, lo que significa que son 56 euros más caros que los de Perfumada y tienen menor cantidad de producto así que, teniendo en cuenta que ellos ya ganaban margen, ¿cuánto le sacan a cada frasco las firmas más famosas?
Otra opción es dejar de usar perfume, de hecho hay personas que se han unido a este movimiento, pero siendo realistas debemos reconocer que nos gusta oler bien, sólo que no a costa de todo.
Lo mismo ocurre con tratamientos más modernos como la fotodepilación. En S.Estetic alquilan aparatología a precios muy reducidos para que los profesionales del sector puedan ofrecer sus servicios sin necesidad de comprar la máquina de depilación láser y, por ende, esos profesionales pueden dar sesiones de luz pulsada a precios muy económicos. Sin embargo, como el capitalismo nos ha hecho desconfiar de lo “bueno, bonito y barato”, no nos creemos los precios que vemos y optamos por un centro estético donde nos cobran algo más porque “debe haber gato encerrado” y, al final, lo único que conseguimos es pagar más por lo mismo, y que el que tenía los precios más baratos los suba para conseguir más clientela y competir con ese salón de belleza.
Es ridículo, lo sé, pero así funciona el mundo en el que nos movemos.
Somos títeres de la industria
Sacamos modas que ponen en serio riesgo la salud de nuestras jóvenes, nos empeñamos en vestir del mismo modo, como si fuéramos muñecas de cartón cortadas por el mismo patrón, nos maquillamos de manera similar y miramos mal a quien lo hace de manera diferente ¿Y todo por qué? ¿Por qué así los establece unos cánones de belleza que hemos inventado nosotros mismos?
En Grecia se llevaba mucho que el entrecejo uniera ambas cejas, y en Francia, hace años, era moda que las mujeres tuvieran mucho vello corporal. Luego pasamos a una época en la que las cejas apenas se veían de lo finísimas que las dejábamos tras la depilación, y ahora las pintamos con pincel y lápiz oscuro con el fin de remarcarlas más y mejor ¿Os lo podéis creer? Criticamos ahora lo que antes estaba de moda, y al contrario ocurre exactamente lo mismo: llevamos cosas que antes criticábamos. Y mientras tanto, entre tanto critiqueo, cientos de adolescentes, chicas y chicos, toman malas decisiones por querer parecerse a otros sin conseguirlo. Y la pregunta del millón aquí ¿cuál es? ¿Queréis saber qué es lo que se llevará el próximo verano para adelantar las compras? ¿O la pregunta es si volverán a llevarse las uñas de colores? No, aquí la única pregunta es ¿Para qué? O, mejor aún, ¿quién se beneficia de todo esto?, porque yo no desde luego, ni vosotros probablemente. Sólo se beneficia el mismo sector, una y otra vez, los mismos magnates y las mismas industrias, y seguimos dejando que se llenen los bolsillos con nuestro dinero porque ellos son lo que saben de moda o, más bien, lo que cambian las modas para que tú tengas que hacerte siempre con lo último y siempre tengas algo nuevo que comprar.
Por cierto, he leído que el jugo de limón es muy bueno para la piel del rostro porque ayuda a eliminar las impurezas. Me voy a hacerme una mascarilla de pepinillo y zumo de limón. Ciao.
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